En ocasiones puedes presentar algunas molestias o dolor durante los meses de lactancia. Conoce 10 posibles molestias que puedes sufrir cuando amamantas a tu bebé y cómo identificarlas.
Cuando empiezas la lactancia de tu bebé pueden surgir algunas molestias y dolores en tus senos. Ten presente que hay una respuesta para cada dolor que sientes, es por eso que debes informarte oportunamente.
El dolor durante la lactancia es señal de que algo no está bien, por lo que es importante que identifiques que tipo de molestia tienes.
10 posibles molestias que puedes presentar durante la lactancia materna
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Cuando tu bebé succiona al alimentarse
Si el dolor se presenta durante la succión del bebé al seno es importante que revises la posición de tu bebé y el agarre del seno. Posiblemente no sea el adecuado y durante la succión te esté lastimando.
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¡Te duelen los pezones!
El dolor en tus pezones puede ser porque los tienes agrietados, esta situación se produce por una pérdida en la continuidad de la piel y en ocasiones pueden sangrar. Esta situación se genera en su mayoría por un mal agarre de tu bebé al seno ocasionando fricción que lastima la delicada piel del pezón.También puede contribuir a la molestia si usas brasieres apretados que hacen fricción con los pezones, el mal uso de pezoneras, conchas recolectoras o talla inadecuada del embudo del extractor.Para solucionarlo, después de amamantar a tu bebé, puedes extraer un poco de leche y dejarla secar en los pezones. También puedes usar productos diseñados para humectar los pezones como la lanolina, hidrogeles, aceite de oliva, entre otros.
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¿No produces mucha leche materna?
Puede que durante tu lactancia no produzcas bastante leche y esto es por la poca extracción por parte de tu bebé. Por esta razón debes verificar la posición, el agarre de tu bebé al succionar el seno y la manera en que lo sostienes cuando lo amamantas. Extraer tu leche con frecuencia también ayuda a estimular su producción.Es importante evaluar con tu médico que no tengas enfermedades hormonales como el hipotiroidismo, o de tipo anatómico que disminuyen la producción de leche.
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Tu dolor puede ser causado por obstrucción de tus conductos de leche
La obstrucción de los conductos de la leche es una molestia que se puede dar por no extraer tu leche, por el uso de brasieres muy ajustados, prendas que aprieten los senos por mucho tiempo o simplemente por bloqueos con leche materna por su alto contenido en grasas.Para mejorarlo puedes probar nuevas posiciones con tu bebé, evita el uso de brasieres con aros, realizar masajes con los dedos sobre el pecho, uso de compresas frías locales, entre otras.
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Tus pechos pueden presentar congestión mamaria
La congestión mamaria se presenta con frecuencia en la primera semana de vida del bebé, por el inicio de producción de leche y acumulación de líquidos a nivel de los pechos. Si no hay una adecuada extracción de leche, los pechos se tornaran duros, brillantes y aumentarán de tamaño, impidiendo que la leche fluya y convirtiéndose en un círculo vicioso.
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La acumulación excesiva de tu leche materna puede ser mastitis
Si sientes congestión e inflamación en los senos puede ser mastitis. Esta se da por la acumulación excesiva de leche materna ya sea porque el bebé no la extrae adecuadamente durante la succión o a la poca frecuencia de alimentación, pero ten en cuenta que no siempre está relacionado con una infección.La mastitis inicia con malestar general, escalofríos, fiebre, aumento de la sensibilidad y dolor de uno de los senos, rara vez compromete los dos senos. Los síntomas suelen disminuir en unos días o semanas
¡Tranquila! Puedes prevenirla alimentando con frecuencia al bebé, en promedio cada 3 horas verificando que el agarre y transferencia de leche sean adecuados. También puedes usar compresas frías para disminuir la inflamación. Tu descanso también es importante.Si tus síntomas persisten debes consultar a tu médico para descartar complicaciones como la presencia de infecciones asociadas.
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Tuviste mastitis y no la trataste bien
Los abscesos mamarios suelen ser poco frecuentes, pero pueden ser consecuencia de una mastitis parcialmente tratada. Se caracteriza por la aparición de una masa protuberante, amarilla en el pecho, con enrojecimiento y dolorosa. Si esto te llega a pasar debe ser valorado y tratado por un médico.
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Puntos blancos en tu pezón
Las perlas de leche son puntos blancos que aparecen en la punta del pezón cubiertos o no por piel. Durante el amamantamiento pueden generar dolor, incluso pueden romperse para permitir la salida de la leche acumulada. Existen medidas locales para su mejoría, en ocasiones deben ser tratadas por un médico.
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¿Tus senos están abultados?
Durante la lactancia puedes presentar abultamientos en los pechos y varian de localización y tamaño según el ritmo de lactancia ¡Tranquila! Esto es normal.Si estas masas o bultos persisten puede ser un galactocele que es la acumulación de tu leche materna por la obstrucción de conductos. No te preocupes, que no es una infección.
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Sí, también te puede dar gripa
Si presentas tos, estornudos, malestar general y incremento de secreciones respiratorias es porque te has contagiado de gripa ¡No te alarmes! Puedes continuar con la lactancia siempre y cuando tomes medidas para evitar contagiar al bebé como el correcto uso de tapabocas y un lavado de manos antes y después de tocar al bebé durante la alimentación.
Para el resto de las actividades del cuidado de tu bebé es mejor que delegues a un acompañante sano.
Descubre acá el rol de papá en los cuidados del bebé.
Si tienes gripa es recomendable que te mantengas bien hidratada, también puedes usar analgésicos como acetaminofén e ibuprofeno. Ten en cuenta que la causa en su mayoría es viral. Los medicamentos antigripales que contengan fenilefrina pueden interferir en la producción de la leche y recuerda no usar antibióticos.
Recuerda: si presentas fiebre, enrojecimiento en los senos, sangrado, salida de líquido purulento, masas excesivamente dolorosas o sientes la presencia de masas persistentes debes consultar a tu médico y ten presente que no debes automedicarte, por tu bienestar y el de tu bebé.
Cada una de estas complicaciones se pueden solucionar con el debido acompañamiento de especialistas en el área, y así continuar con el proceso de lactancia y sus numerosos beneficios para ti y tu bebé ¡Confía en ti y en tu instinto para lograr que este proceso sea efectivo y placentero para ambos! La lactancia es un vínculo de amor maravilloso entre madre e hijo.
Dra. María Juanita Gómez
Pediatra y Neonatóloga
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